El cáncer de mama es, hoy en día, uno de los grandes retos de salud pública a nivel mundial y el tipo de cáncer más frecuente en mujeres. La buena noticia es que, aunque se diagnostican más casos, los avances en detección precoz y tratamientos han mejorado la supervivencia en los últimos años. La clave es prevenir, detectar a tiempo y tratar de forma personalizada.
Según datos recientes de la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC), casi 1 de cada 4 cánceres en mujeres corresponde a cáncer de mama; además, la supervivencia a 5 años supera el 90% en países con más recursos, mientras que puede situarse en torno al 60% en contextos con menos acceso a pruebas y tratamientos. Esta brecha subraya la importancia de la prevención y el acceso a cribado y terapias efectivas.
¿Por qué no todos los cánceres de mama son iguales? (subtipos y significado clínico)
No todos los cánceres de mama se comportan igual: hoy hablamos de subtipos para personalizar el tratamiento. Luminal A Es el subtipo más frecuente y menos agresivo. Crece despacio y responde muy bien a terapias hormonales que bloquean las señales que alimentan al tumor (tumores hormono-dependientes). Luminal B También hormonodependiente, pero con mayor proliferación celular; suele requerir tratamientos más combinados (hormonoterapia + quimioterapia ± tratamientos dirigidos). HER2 positivo Caracterizado por la sobreexpresión de HER2 (un receptor que acelera el crecimiento). Hace décadas era de peor pronóstico, pero con terapias dirigidas contra HER2 el pronóstico ha mejorado notablemente. Triple negativo Carece de receptores hormonales y de HER2, por lo que no responde a tratamientos hormonales ni anti-HER2. Suele ser más agresivo y el tratamiento estándar es la quimioterapia; recientemente la inmunoterapia ha abierto nuevas posibilidades en algunos casos. (La clasificación molecular y el avance en biomarcadores han permitido que el manejo del cáncer de mama sea cada vez más personalizado y efectivo; ver revisión actualizada sobre epidemiología y estrategias terapéuticas: Łukasiewicz et al., 2021Prevención del cáncer de mama: qué podemos hacer
La prevención tiene dos caras: primaria (evitar que ocurra) y secundaria (detectar pronto).Prevención primaria: hábitos que reducen el riesgo
- Lactancia materna: cada año de lactancia se asocia con una reducción del riesgo (aprox. 4–5% por año de lactancia), probablemente por maduración y reposo funcional del tejido mamario.
- Actividad física: el ejercicio regular reduce el riesgo, especialmente después de la menopausia, al controlar peso, hormonas y sensibilidad a la insulina. Estudios sobre factores modificables resaltan la relevancia del ejercicio como medida preventiva.
- Dieta saludable: patrones tipo mediterráneo (frutas, verduras, legumbres, pescado, frutos secos, cereales integrales) son protectores. En cambio, un mayor consumo de ultraprocesados se asocia a un aumento del riesgo (estimaciones recientes muestran que +10% de ultraprocesados se asocia con ≈+11% riesgo).
- Control de peso, alcohol y tabaco: mantener un IMC saludable reduce riesgo postmenopáusico; el alcohol aumenta riesgo incluso en cantidades moderadas (una copa al día +7–10% riesgo) y fumar se relaciona con tumores de peor pronóstico.
Prevención secundaria: detección precoz que salva vidas
La detección precoz aumenta las probabilidades de cura y reduce mortalidad. Las mamografías son la herramienta principal y se recomiendan de forma periódica (pautas varían por país y por riesgo individual, típicamente entre 40–74 años en programas poblacionales). En mujeres con mamas densas o mayor riesgo, se complementa con ecografía o resonancia magnética. La autoexploración no sustituye al cribado profesional, pero conocer la propia mama y acudir ante cualquier cambio acelera el diagnóstico. Para mujeres con alto riesgo (antecedentes familiares, mutaciones genéticas), los controles son más intensivos y personalizados. (El acceso desigual al cribado y tratamiento es una de las causas de la variación en supervivencia entre países; por eso las campañas de screening y la mejora del acceso son prioritarias — ver IARC 2022:Factores de riesgo y quién necesita más vigilancia
Algunos factores no se pueden cambiar (edad, historia familiar, mutaciones BRCA, pubertad/menopausia precoz), pero otros sí (estilo de vida). Es importante evaluar el riesgo individual para definir un plan de cribado y prevención personalizado.DOMMA BIENESTAR ÍNTIMO: cuidado integral para la vulva en el contexto oncológico
Durante tratamientos oncológicos (quimioterapia, radioterapia, terapias hormonales) la mucosa vulvar puede sufrir sequedad e irritación por la ↓ estrógenos. DOMMA Bienestar Íntimo ha sido formulado para hidratar, proteger y calmar la zona vulvar con aceites naturales:- Aceite de almendras: hidratación profunda.
- Aceite de aguacate: vitaminas y ácidos grasos antiinflamatorios.
- Aceite de manzanilla: regula pH y tiene acción calmante.
- Aceite de salvia: efecto equilibrante y relajante.
Conclusión: prevenir y detectar para mejorar resultados
El cáncer de mama sigue siendo la principal preocupación oncológica entre las mujeres, pero la combinación de prevención (estilo de vida), cribado organizado y tratamientos personalizados ha cambiado el pronóstico en las últimas décadas. Priorizar la detección precoz y mejorar el acceso a pruebas y terapias es clave para reducir la mortalidad global.Referencias
- Arnold, M., Morgan, E., Rumgay, H., Mafra, A., Singh, D., Laversanne, M., … Bray, F. (2022, septiembre 6). Current and future burden of breast cancer: Global statistics for 2020 and 2040. IARC News. International Agency for Research on Cancer. https://www.iarc.who.int/news-events/current-and-future-burden-of-breast-cancer-global-statistics-for-2020-and-2040/
- Łukasiewicz, S., Czeczelewski, M., Forma, A., Baj, J., Sitarz, R., & Stanisławek, A. (2021). Breast Cancer—Epidemiology, Risk Factors, Classification, Prognostic Markers, and Current Treatment Strategies—An Updated Review. Cancers (Basel), 13(17), 4287. https://doi.org/10.3390/cancers13174287
- Stein, C. J., & Colditz, G. A. (2004). Modifiable risk factors for cancer. British Journal of Cancer, 90, 299–303. https://doi.org/10.1038/sj.bjc.6601509