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Fisiología vaginal: cambios en la menopausia (y cómo acompañarlos)

 

Fisiología vaginal: cambios en la menopausia

Mejora tu bienestar íntimo y reduce la sequedad vaginal

La salud vaginal en la menopausia es importantísima para mejorar nuestro bienestar durante esta etapa. La vagina es mucho más que un canal interno. Es parte esencial de nuestro cuerpo porque protege el aparato reproductivo, regula su propio ecosistema, participa en la vida sexual… La vagina es una estructura que se adapta continuamente, y responde a los cambios hormonales a lo largo de toda la vida: ciclo menstrual, embarazo, parto… y, de forma muy marcada, la menopausia. Con la llegada de esta etapa, los estrógenos descienden y eso desencadena transformaciones en la estructura, la microbiota y el pH vaginal. Todo ello puede traducirse en síntomas que afectan la vida sexual, física y emocional —aspectos centrales de la salud vaginal en la menopausia. En este blog te contamos más sobre la salud vaginal en la menopausia y cómo cuidarla mejor en esta etapa.

Arquitectura de la vagina

Imagen_FisiologiaVaginal_Capas (1)

La pared vaginal está compuesta por tres capas: mucosa, muscular y adventicia. Esta estructura permite que sea elástica, resistente y autorreparable, capaz de adaptarse a distintas funciones como el parto o las relaciones sexuales. La mucosa vaginal, aunque no tiene glándulas, está constantemente humedecida gracias a dos mecanismos: el trasudado vaginal —un fluido que se filtra desde los vasos sanguíneos situados bajo el epitelio— y las secreciones que provienen del cuello uterino. Esta hidratación es clave para mantener la integridad del tejido, su flexibilidad y su función inmunológica.


Con la llegada de la menopausia, el descenso de estrógenos provoca una serie de cambios progresivos en esta estructura. El epitelio vaginal se adelgaza, pierde su aspecto rugoso característico (las llamadas “arrugas” vaginales o pliegues transversales) y disminuye su capacidad para retener agua. Como consecuencia, aparece sequedad, pero también una mayor susceptibilidad a microtraumatismos, fisuras y molestias frecuentes. Además, la pérdida de rugosidad reduce la superficie de contacto y defensa, lo que debilita tanto la protección mecánica como la actividad inmunológica local..

Microbiota vaginal 

Imagen_FisiologiaVaginal_Microbiota

En condiciones de salud, la vagina está mayoritariamente colonizada por bacterias del género Lactobacillus, consideradas las principales guardianas del equilibrio microbiano local. Estas bacterias desempeñan un papel esencial en la protección del entorno vaginal gracias a su capacidad para producir ácido láctico, que mantiene el pH en valores ácidos (entre 3.8 y 4.5). Este ambiente ácido actúa como una barrera natural contra microorganismos oportunistas. Además, los lactobacilos generan otras sustancias antimicrobianas, como el peróxido de hidrógeno (HO) y bacteriocinas, que dificultan el crecimiento de bacterias patógenas. 

Durante la menopausia, sin embargo, esta estabilidad se ve comprometida. La disminución de estrógenos reduce la cantidad de glucógeno almacenado en las células del epitelio vaginal, que es la principal fuente de alimento para los lactobacilos. Al disminuir este sustrato, su población también se reduce, lo que abre paso a una microbiota menos protectora y más diversa, pero en sentido negativo.

En este nuevo equilibrio alterado predominan bacterias anaerobias como Gardnerella vaginalis, Atopobium vaginae o Prevotella spp., asociadas a un aumento del pH vaginal (por encima de 5), alteraciones en el flujo (más líquido o maloliente) y sensación persistente de incomodidad, picor o ardor, incluso sin infección evidente.

Estudios como el de Brotman et al. (2014) han demostrado una relación directa entre la menopausia y la disminución de especies clave como Lactobacillus crispatus, una de las más eficaces en la producción de ácido láctico y en la protección frente a infecciones.

 

Nutrición y suplementos: Alimentar tu salud vaginal desde dentro

Lo que comemos también influye en cómo se siente la vagina, especialmente durante la menopausia. Algunos nutrientes y compuestos han demostrado mejorar la hidratación, la flexibilidad y el equilibrio microbiano. Ácidos grasos esenciales (omega-3 y omega-7)
  • Omega-3: presentes en pescados azules, semillas de chía… tienen un efecto antiinflamatorio sistémico, mejoran la microcirculación y favorecen la elasticidad de los tejidos.
  • Omega-7: menos conocido, pero con un efecto muy específico sobre mucosas. Se encuentra especialmente en el espino amarillo y ha demostrado, en ensayos clínicos, mejorar la hidratación vaginal y reducir la sensación de ardor o sequedad en mujeres con síntomas leves de atrofia vaginal.
  • Probióticos (vaginales y orales): Algunas cepas de lactobacilos han sido ampliamente estudiadas por su capacidad para recolonizar la microbiota vaginal. Pueden administrarse tanto por vía oral como en forma de óvulos vaginales, y han demostrado mejorar la acidez del entorno vaginal, frenar el crecimiento de patógenos e incluso reducir la frecuencia de infecciones como la vaginosis bacteriana o la candidiasis.
  • Prebióticos: Para que los probióticos funcionen correctamente, necesitan un entorno fértil. Aquí es donde entran los prebióticos, componentes no digeribles presentes en alimentos como frutas, verduras, legumbres y cereales integrales. Fibras como la inulina o los fructooligosacáridos (FOS) estimulan el crecimiento de bacterias beneficiosas en el intestino y, de forma indirecta, también en la vagina. Una microbiota intestinal equilibrada favorece la modulación inmunológica y reduce la inflamación sistémica, factores clave para la salud vaginal en la menopausia.
Fitoestrógenos y adaptógenos
  • Fitoestrógenos (soja, lino): actúan como “estrógenos suaves” que mejoran el grosor del epitelio y la vascularización, aliviando sequedad sin ser hormonas como tal.
  • Adaptógenos (plantas como maca o ginseng): ayudan al cuerpo a gestionar el estrés, clave en una etapa donde el equilibrio hormonal cambia.

DOMMA DESEO: Tu aliado natural para la sequedad y la libido

DOMMA Deseo ha sido formulado para poder combatir uno de los síntomas más incómodos del desequilibrio hormonal: la sequedad vaginal interna y la falta de apetito sexual. Combina ingredientes que estimulan la hidratación de la vagina, y además contiene nutrientes esenciales como vitaminas y antioxidantes que ayudan a prevenir las infecciones genitourinarias.

  • Fenogreco: simula los efectos de los estrógenos, compensando la bajada hormonal.
  • Tribulus: estimula el sistema nervioso e influye en la producción de hormonas sexuales.
  • Maca: efecto vasodilatador que retrasa la fatiga muscular.
  • Espino amarillo: contiene omega-7, el cual tiene un efecto específico en mucosas, mejorando la hidratación vaginal y reduciendo la sensación de ardor o sequedad.
  • FOS: contiene fructooligosacáridos (FOS), que tiene un efecto antibacteriano para poder combatir infecciones genitourinarias.
  • Azafrán: tiene propiedades que ayudan a aumentar la libido.
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El artículo ha sido escrito y revisado por la biotecnóloga Júlia Guri.

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Aceite de geranio
Reconfortante

El aceite de geranio ha demostrado tener un impacto sobre el estado de ánimo, en concreto sus propiedades para mejorar el humor. Su agradable olor y sus propiedades aromáticas se utilizan a menudo en aromaterapia. La aromaterapia con aceite de geranio ha sido reconocida por su potencial para aliviar los síntomas de ansiedad y depresión, contribuyendo a mejorar el estado de ánimo y a reducir los cambios de humor (1).

Aceite de lavanda
Calmante

La mayoría de estudios sobre el aceite de lavanda se centran en sus propiedades terapéuticas generales, como la relajación, el alivio de la ansiedad y sus efectos sedantes. Este aceite es conocido por sus efectos calmantes sobre el sistema nervioso, que pueden ayudar indirectamente con síntomas como los sofocos asociados al estrés o a los cambios hormonales durante la menopausia (1).

Aceite de
ylang-ylang
Calmante

El aceite de Ylang-ylang, extraído de las flores del árbol Cananga odorata, proporciona múltiples beneficios en diversas aplicaciones. Este aceite es especialmente valorado por su capacidad para reducir la presión arterial y fomentar la relajación cuando se absorbe a través de la piel. Asimismo, posee propiedades antibacterianas significativas (1).

1. Kurniawansyah, I., Ratnawulan, S., & Budiman, A. (2018). THE ANTIBACTERIAL ACTIVITIES OF AROMATHERAPY ESSENTIAL OILS OF LAVENDER (LAVANDULA ANGUSTIFOLIA MILL), ROSEMARY (ROSMARINUS OFFICINALIS L.) AND YLANG-YLANG (CANANGA ODORATA (LAMK.) HOOK) AGAINST AIRBORNE BACTERIA. International Research Journal Of Pharmacy. https://doi.org/10.7897/2230-8407.09692.

Reishi
Neuroregenerativo

El Reishi es un hongo medicinal que fomenta la proliferación de células progenitoras neurales (CPN) para mejorar la neurogénesis y aliviar el déficit cognitivo.

Es utilizado como agente terapéutico regenerativo para el tratamiento del deterioro cognitivo asociado a enfermedades neurodegenerativas (1).

Amapola Californiana
Sedante

La amapola californiana se emplea en el tratamiento de trastornos del sueño y ansiedad. Estudios han demostrado que la combinación de la amapola californiana con la valeriana contribuye de manera significativa a mejorar el insomnio. Este tratamiento favorece el aumento de la duración del sueño nocturno, reduce el número de despertares y alivia la ansiedad (1).

Pasiflora
Ansiolítica

Estudios sugieren que ayuda a reducir el estrés, y por lo tanto, puede ser útil en el tratamiento del insomnio, la ansiedad y la depresión. Su actuación incluye la inhibición de forma dosis dependiente de la unión de los antagonistas específicos a sus receptores GABAA y GABAB, además de inhibir la recaptación de GABA. (1)

Salvia
Termorregulador

Además del efecto estrogénico, la salvia da lugar a la modulación de distintos neurorreceptores y de los transportadores de serotonina – 5HT como modo de acción del extracto alcohólico de Salvia. officinalis. Esto en conjunto con su actuación sobre centro el termorregulador hipotalámico, resulta en un control de los síntomas  vasomotores (sofocos y sudores).

Maca
Energizante

El tratamiento de 6 semanas con maca en mujeres postmenopáusicas, ha mostrado una reducción significativa del 30,8% en la ansiedad con respecto al placebo, además de reducir la disfunción sexual en mujeres independientemente de su actividad estrogénica (1).

Estudios in vitro revelan un efecto anti-fatiga y potenciador de la capacidad muscular gracias a su capacidad de aliviar el estrés muscular post-ejercicio, mejorando el rendimiento físico y retrasando la fatiga muscular (2).

Las raíces de maca son una fuente de alta densidad nutricional, incluyendo carbohidratos, proteínas y fibra, además de minerales, vitaminas y aminoácidos. La maca destaca por mejorar la salud reproductiva y la libido. Su contribución nutricional la convierte en una fuente esencial de energía, especialmente beneficiosa para mujeres en la menopausia (3).

Tribulus
Lubricante

Estudios muestran que la suplementación con tribulus en mujeres menopáusicas mejora en un 83.3% la lubricación vaginal antes y durante las relaciones, luego de un periodo de consumo de 90 días (1).

Rhodiola
Anti-fatiga

Dentro de sus compuestos bioactivos, están las rosavinas y salidrosides, que ejercen un efecto positivo sobre el eje hipotalámico-pituitario-adrenal, reduciendo los niveles de cortisol a nivel del sistema nervioso. Por otro lado, estudios en mujeres menopáusicas muestran que sus activos tienen actividad selectiva por los receptores de estrógenos (ER-α), y actividad sobre la enzima óxido nítrico sintetasa, teniendo un efecto vasodilatador y antiinflamatorio (1).

Fenogreco
Modulador hormonal

Estudios revelan que la suplementación durante 90 días en mujeres con síntomas de postmenopausia, muestra una mejora significativa en la sequedad vaginal, reduciendo en un 50% las molestias asociadas. 

Además de reducir en un 47,8% los sofocos diarios, pasando desde 3 a 4 episodios diarios, a sólo 1 a 2 episodios (1).

Shatavari
Modulador hormomal

Sus compuestos activos, entre ellos, las saponinas, tienen una estructura similar a la del estrógeno humano, lo cual ha mostrado en estudios in vitro una alta capacidad para unirse a receptores de estrógenos (ER-α) en el cuerpo, imitando un efecto estrogénico generalizado de mediana intensidad, e incluso teniendo una acción anticarcinogénica ante casos de cáncer de mama (1).

En postmenopausia, su suplementación muestra mejoras en la función y potencia muscular, ayudando a preservar la masa muscular y previniendo estados de osteoporosis (2).

Ashwagandha
Anti-estrés
Estudios revelan que la suplementación durante 8 semanas en mujeres con síntomas de menopausia, mostró una reducción significativa de los síntomas clásicos, con especial mejora en el dominio psicológico como la ansiedad, estrés, irritabilidad y cambios de humor (1).

Sus compuestos activos actúan principalmente en el sistema nervioso central en donde simulan neurotransmisores inhibitorios (tipo GABA) que reducen los estímulos nerviosos; normalizan los niveles de dopamina y mejoran la función motora; intensifica la actividad de la acetilcolina y mejora la neurotransmisión sináptica. También a nivel de sistema inmune, estimula los linfocitos, células encargadas de conferir protección frente agentes patógenos externos (2).

Es por esto, que la ashwagandha se utiliza comúnmente como un adaptógeno, lo que significa que puede ayudar a equilibrar y regular el sistema nervioso central, reducir el estrés y mejorar la respuesta del cuerpo a la tensión física y emocional.