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Magnesio y menopausia: papel, beneficios y suplementación

 

Magnesio y menopausia: cuáles son sus beneficios

La menopausia constituye una transición fisiológica marcada por el cese de la función ovárica y la disminución progresiva de estrógenos. Estos cambios endocrinos se acompañan de síntomas vasomotores, alteraciones del sueño, modificaciones de la composición corporal y un aumento del riesgo de osteoporosis y enfermedad cardiovascular. En este contexto, la nutrición y el aporte adecuado de micronutrientes —especialmente el magnesio— adquieren un papel fundamental durante la menopausia.

Metabolismo y funciones del magnesio

El magnesio es un mineral esencial y el cuarto catión más abundante en el cuerpo. A nivel intracelular solo el potasio lo supera en concentración. Su distribución característica: ~60% en hueso (reserva y función estructural), 30–35% en músculo y tejidos blandos, y <1% en plasma (la fracción que medimos en analíticas). El equilibrio de magnesio depende de ingesta, absorción intestinal, excreción renal y movilización desde hueso. De lo ingerido, solo entre 25% y 60% se absorbe en el intestino; los riñones filtran ~80% del magnesio plasmático y reabsorben ~60%, eliminando unos ~5 mmol/día; además se pierden ~7,5 mmol/día por heces. Para mantener equilibrio, una persona sana necesita consumir entre 5 y 7 mg/kg/día de magnesio.

Funciones críticas del magnesio

  • Cofactor enzimático: esencial en >300 reacciones (síntesis de proteínas, ADN/ARN, glucólisis, fosforilación oxidativa).
  • Metabolismo energético: el ATP solo es biológicamente activo unido a magnesio (Mg-ATP).
  • Función neuromuscular: regula transmisión nerviosa y contracción muscular; antagonista del calcio.
  • Regulación cardiovascular: mantiene tono vascular, modula presión arterial y función endotelial.
  • Homeostasis mineral: imprescindible en metabolismo de calcio, fósforo y vitamina D.

Cómo la menopausia afecta la homeostasis del magnesio

Durante la transición menopáusica y el envejecimiento el equilibrio del magnesio puede alterarse: la absorción puede disminuir y las pérdidas aumentar por factores dietéticos, metabólicos y farmacológicos.

  • Factores dietéticos: la ingesta de magnesio suele reducirse por hábitos y por mayor consumo de ultraprocesados, y por dietas de restricción para controlar peso que limitan verduras de hoja, frutos secos, semillas y legumbres —fuentes ricas en magnesio.
  • Factores metabólicos: la absorción intestinal disminuye con la edad; las pérdidas urinarias aumentan en presencia de resistencia a la insulina y diabetes. La reducción de estrógenos también altera la biodisponibilidad de micronutrientes como el magnesio.
  • Factores farmacológicos: diuréticos (tiazidas, de asa), inhibidores de bomba de protones (IBP) y algunos fármacos para osteoporosis o cardiometabólicos afectan la homeostasis del magnesio.

Hoy en día entre el 25% y 35% de mujeres >50 años no alcanzan la ingesta recomendada de magnesio y hasta un 60% puede presentar niveles séricos bajos o en límite. La deficiencia subclínica es frecuente y puede agravar síntomas de la menopausia y las complicaciones crónicas.

Repercusiones del déficit de magnesio en la sintomatología menopáusica

Síntomas vasomotores (sofocos diurnos y nocturnos)


El magnesio ayuda a regular el tono vascular modulando canales de calcio en la musculatura lisa vascular y promoviendo la función endotelial (aumenta producción de NO). Un déficit puede favorecer vasodilataciones repentinas que se perciben como sofocos, aumentando la intensidad de los síntomas vasomotores en la menopausia.

Alteraciones del ánimo

El magnesio influye en la neurotransmisión (serotonina, dopamina) y atenúa la hiperactividad del eje HPA, lo que puede disminuir ansiedad e irritabilidad asociadas a la menopausia.

Trastornos del sueño

Los trastornos del sueño (insomnio, fragmentación) son muy frecuentes en la menopausia. El magnesio potencia la actividad de GABA, favorece la producción de melatonina y modula el eje HPA reduciendo cortisol, lo que facilita conciliación y mantenimiento del sueño. Por eso el magnesio y la menopausia se relacionan directamente con mejoría en la calidad del sueño.

Dolor musculoesquelético

El magnesio actúa como antagonista fisiológico del calcio, favoreciendo la relajación muscular. La deficiencia aumenta la excitabilidad muscular y la aparición de calambres, contracturas y dolor.

Repercusiones del déficit de magnesio en la salud a largo plazo

El magnesio actúa como antagonista fisiológico del calcio, favoreciendo la relajación muscular. La deficiencia aumenta la excitabilidad muscular y la aparición de calambres, contracturas y dolor.

Salud ósea

Además de calcio y vitamina D, el magnesio es crucial para la formación y mantenimiento óseo: participa en la activación de la vitamina D (hidroxilaciones hepática y renal), facilita el transporte de calcio y modula la secreción y acción de la PTH. Sin magnesio la PTH no se secreta correctamente y se altera el equilibrio calcio-fósforo, favoreciendo pérdida ósea en la posmenopausia.

Salud cardiovascular y metabolismo

El magnesio favorece la vasodilatación ( antagonizando calcio), regula el sistema renina-angiotensina-aldosterona y el equilibrio electrolítico, contribuyendo al control de la presión arterial. Niveles bajos de magnesio se asocian a mayor riesgo de síndrome metabólico, resistencia a la insulina y diabetes tipo 2; epidemiológicamente, una ingesta adecuada se relaciona con menor riesgo de eventos coronarios y arritmias.

Interacciones farmacológicas y consideraciones clínicas

Interacciones relevantes:

  • Bifosfonatos: pueden reducir absorción si se administran juntos (separa tomas 2 h).
  • Antibióticos (tetraciclinas/fluoroquinolonas): forman complejos con magnesio; espaciar administración.
  • Diuréticos (asa y tiazidas): aumentan excreción renal de magnesio.
  • IBP: uso prolongado asociado a hipomagnesemia.
  • Digitálicos (digoxina): déficit de magnesio potencia toxicidad y riesgo de arritmias.

Formas de suplementación y biodisponibilidad

No todas las sales son iguales: citrato y glicinato/bisglicinato tienen alta biodisponibilidad y buena tolerancia gastrointestinal. El óxido de magnesio presenta biodisponibilidad baja (<4%) y el cloruro puede causar más diarrea. La RDA para mujeres adultas es 310–320 mg/día; en posmenopausia puede considerarse aporte mayor (hasta 400 mg/día) para compensar pérdidas y menor absorción, siempre valorando función renal (contraindicado en insuficiencia renal).

Recomendaciones prácticas para mujeres postmenopausicas

  • Priorizar fuentes alimentarias ricas en magnesio: verduras de hoja verde, frutos secos, semillas, legumbres y cereales integrales.
  • Valorar cribado nutricional y considerar medición de magnesemia si hay síntomas compatibles o factores de riesgo (IBP crónico, diuréticos, diabetes).
  • Si se suplementa, preferir formas con buena biodisponibilidad (bisglicinato/citrato) y espaciar la toma respecto a algunos fármacos (antibióticos, bifosfonatos).
  • Ajustar dosis a necesidades individuales y función renal; consultar con profesional sanitario.

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Conclusión

El magnesio tiene un papel central en múltiples procesos críticos que afectan a la mujer durante la menopausia: sueño, ánimo, función neuromuscular, metabolismo mineral, salud ósea y cardiovascular. Dado el riesgo de ingesta insuficiente y la frecuencia de deficiencia subclínica, la valoración nutricional y, cuando corresponda, la suplementación adecuada (con la forma correcta y control clínico) son estrategias clave para mejorar síntomas y prevenir complicaciones a largo plazo.

Referencias

  • Office of Dietary Supplements. (2024). Magnesium — Health Professional Fact Sheet. National Institutes of Health. Recuperado de https://ods.od.nih.gov/factsheets/Magnesium-HealthProfessional
    Thomas, G. N., & Leung, G. T. Y. (2020). Magnesium in Aging, Health and Diseases. Recuperado de https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC7912123/
  • Porri. (2021). Effect of magnesium supplementation on women’s health and well-being. Journal Name. Recuperado de: https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S2352364621000079
  • Vázquez-Lorente. (2020). Response of Vitamin D after Magnesium Intervention in a Postmenopausal Population from the Province of Granada, Spain. Recuperado de https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC7468838/
  • Brighten, J. (2024, abril 26). Understanding Magnesium for Menopause: Your Comprehensive Guide. Dr. Brighten. Recuperado de https://drbrighten.com/magnesium-for-menopause/
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El artículo ha sido escrito y revisado por la biotecnóloga Júlia Guri.

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Aceite de geranio
Reconfortante

El aceite de geranio ha demostrado tener un impacto sobre el estado de ánimo, en concreto sus propiedades para mejorar el humor. Su agradable olor y sus propiedades aromáticas se utilizan a menudo en aromaterapia. La aromaterapia con aceite de geranio ha sido reconocida por su potencial para aliviar los síntomas de ansiedad y depresión, contribuyendo a mejorar el estado de ánimo y a reducir los cambios de humor (1).

Aceite de lavanda
Calmante

La mayoría de estudios sobre el aceite de lavanda se centran en sus propiedades terapéuticas generales, como la relajación, el alivio de la ansiedad y sus efectos sedantes. Este aceite es conocido por sus efectos calmantes sobre el sistema nervioso, que pueden ayudar indirectamente con síntomas como los sofocos asociados al estrés o a los cambios hormonales durante la menopausia (1).

Aceite de
ylang-ylang
Calmante

El aceite de Ylang-ylang, extraído de las flores del árbol Cananga odorata, proporciona múltiples beneficios en diversas aplicaciones. Este aceite es especialmente valorado por su capacidad para reducir la presión arterial y fomentar la relajación cuando se absorbe a través de la piel. Asimismo, posee propiedades antibacterianas significativas (1).

1. Kurniawansyah, I., Ratnawulan, S., & Budiman, A. (2018). THE ANTIBACTERIAL ACTIVITIES OF AROMATHERAPY ESSENTIAL OILS OF LAVENDER (LAVANDULA ANGUSTIFOLIA MILL), ROSEMARY (ROSMARINUS OFFICINALIS L.) AND YLANG-YLANG (CANANGA ODORATA (LAMK.) HOOK) AGAINST AIRBORNE BACTERIA. International Research Journal Of Pharmacy. https://doi.org/10.7897/2230-8407.09692.

Reishi
Neuroregenerativo

El Reishi es un hongo medicinal que fomenta la proliferación de células progenitoras neurales (CPN) para mejorar la neurogénesis y aliviar el déficit cognitivo.

Es utilizado como agente terapéutico regenerativo para el tratamiento del deterioro cognitivo asociado a enfermedades neurodegenerativas (1).

Amapola Californiana
Sedante

La amapola californiana se emplea en el tratamiento de trastornos del sueño y ansiedad. Estudios han demostrado que la combinación de la amapola californiana con la valeriana contribuye de manera significativa a mejorar el insomnio. Este tratamiento favorece el aumento de la duración del sueño nocturno, reduce el número de despertares y alivia la ansiedad (1).

Pasiflora
Ansiolítica

Estudios sugieren que ayuda a reducir el estrés, y por lo tanto, puede ser útil en el tratamiento del insomnio, la ansiedad y la depresión. Su actuación incluye la inhibición de forma dosis dependiente de la unión de los antagonistas específicos a sus receptores GABAA y GABAB, además de inhibir la recaptación de GABA. (1)

Salvia
Termorregulador

Además del efecto estrogénico, la salvia da lugar a la modulación de distintos neurorreceptores y de los transportadores de serotonina – 5HT como modo de acción del extracto alcohólico de Salvia. officinalis. Esto en conjunto con su actuación sobre centro el termorregulador hipotalámico, resulta en un control de los síntomas  vasomotores (sofocos y sudores).

Maca
Energizante

El tratamiento de 6 semanas con maca en mujeres postmenopáusicas, ha mostrado una reducción significativa del 30,8% en la ansiedad con respecto al placebo, además de reducir la disfunción sexual en mujeres independientemente de su actividad estrogénica (1).

Estudios in vitro revelan un efecto anti-fatiga y potenciador de la capacidad muscular gracias a su capacidad de aliviar el estrés muscular post-ejercicio, mejorando el rendimiento físico y retrasando la fatiga muscular (2).

Las raíces de maca son una fuente de alta densidad nutricional, incluyendo carbohidratos, proteínas y fibra, además de minerales, vitaminas y aminoácidos. La maca destaca por mejorar la salud reproductiva y la libido. Su contribución nutricional la convierte en una fuente esencial de energía, especialmente beneficiosa para mujeres en la menopausia (3).

Tribulus
Lubricante

Estudios muestran que la suplementación con tribulus en mujeres menopáusicas mejora en un 83.3% la lubricación vaginal antes y durante las relaciones, luego de un periodo de consumo de 90 días (1).

Rhodiola
Anti-fatiga

Dentro de sus compuestos bioactivos, están las rosavinas y salidrosides, que ejercen un efecto positivo sobre el eje hipotalámico-pituitario-adrenal, reduciendo los niveles de cortisol a nivel del sistema nervioso. Por otro lado, estudios en mujeres menopáusicas muestran que sus activos tienen actividad selectiva por los receptores de estrógenos (ER-α), y actividad sobre la enzima óxido nítrico sintetasa, teniendo un efecto vasodilatador y antiinflamatorio (1).

Fenogreco
Modulador hormonal

Estudios revelan que la suplementación durante 90 días en mujeres con síntomas de postmenopausia, muestra una mejora significativa en la sequedad vaginal, reduciendo en un 50% las molestias asociadas. 

Además de reducir en un 47,8% los sofocos diarios, pasando desde 3 a 4 episodios diarios, a sólo 1 a 2 episodios (1).

Shatavari
Modulador hormomal

Sus compuestos activos, entre ellos, las saponinas, tienen una estructura similar a la del estrógeno humano, lo cual ha mostrado en estudios in vitro una alta capacidad para unirse a receptores de estrógenos (ER-α) en el cuerpo, imitando un efecto estrogénico generalizado de mediana intensidad, e incluso teniendo una acción anticarcinogénica ante casos de cáncer de mama (1).

En postmenopausia, su suplementación muestra mejoras en la función y potencia muscular, ayudando a preservar la masa muscular y previniendo estados de osteoporosis (2).

Ashwagandha
Anti-estrés
Estudios revelan que la suplementación durante 8 semanas en mujeres con síntomas de menopausia, mostró una reducción significativa de los síntomas clásicos, con especial mejora en el dominio psicológico como la ansiedad, estrés, irritabilidad y cambios de humor (1).

Sus compuestos activos actúan principalmente en el sistema nervioso central en donde simulan neurotransmisores inhibitorios (tipo GABA) que reducen los estímulos nerviosos; normalizan los niveles de dopamina y mejoran la función motora; intensifica la actividad de la acetilcolina y mejora la neurotransmisión sináptica. También a nivel de sistema inmune, estimula los linfocitos, células encargadas de conferir protección frente agentes patógenos externos (2).

Es por esto, que la ashwagandha se utiliza comúnmente como un adaptógeno, lo que significa que puede ayudar a equilibrar y regular el sistema nervioso central, reducir el estrés y mejorar la respuesta del cuerpo a la tensión física y emocional.