tiroides menopausia

¿Pueden aumentar los problemas de tiroides en menopausia?

¿Pueden aumentar los problemas de tiroides durante la menopausia?

Una de las inquietudes más comunes entre las mujeres en perimenopausia es si los problemas de tiroides aumentan durante este período. Si bien la menopausia no es la causa directa de los trastornos tiroideos, las alteraciones hormonales propias de esta etapa pueden influir en la función de la glándula tiroides, lo que aumenta la complejidad del diagnóstico y el tratamiento.

La relación entre la menopausia y la tiroides

Durante la menopausia, los niveles de estrógenos disminuyen considerablemente. Esta caída hormonal puede afectar la conversión de las hormonas tiroideas en el cuerpo, lo que lleva a un desequilibrio que podría desencadenar problemas tiroideos, especialmente en mujeres predispuestas a condiciones como el hipotiroidismo o la enfermedad de Hashimoto. En esta etapa de la vida, los trastornos autoinmunes, como la tiroiditis de Hashimoto, también pueden volverse más prevalentes. Según investigaciones, entre un 5% y un 10% de las mujeres experimentan disfunción tiroidea durante la menopausia (Endocrine Reviews, 2020).

Síntomas comunes que se superponen

Los síntomas del hipotiroidismo, como fatiga, aumento de peso, sequedad de la piel, estreñimiento y depresión, se solapan con los propios de la menopausia, como sofocos, insomnio y cambios de humor. Esta coincidencia puede hacer que sea más difícil identificar si la causa es un trastorno tiroideo o los efectos naturales de la menopausia. Es importante destacar que un diagnóstico preciso solo puede obtenerse mediante análisis clínicos, especialmente de los niveles de TSH (hormona estimulante de la tiroides) y de hormonas tiroideas libres (T3 y T4).

Impacto del estrógeno en la función tiroidea

La relación entre los estrógenos y la función tiroidea ha sido un tema de interés en la medicina endocrina. Durante la menopausia, la disminución de los estrógenos puede influir en la sensibilidad del cuerpo a las hormonas tiroideas. Por ejemplo, un estudio realizado por el Journal of Clinical Endocrinology & Metabolism sugiere que los estrógenos pueden aumentar la producción de proteínas transportadoras de la tiroides, lo que puede reducir la cantidad de hormona tiroidea activa disponible para las células del cuerpo, complicando el control de los trastornos tiroideos (J Clin Endocrinol Metab, 2006).

Aumento del riesgo de hipotiroidismo

Además de la disminución de los estrógenos, la menopausia se asocia con un mayor riesgo de trastornos autoinmunes, incluyendo el hipotiroidismo. La enfermedad de Hashimoto, una condición autoinmune en la que el cuerpo ataca la glándula tiroides, es más común en mujeres y su prevalencia aumenta en la menopausia. Según la American Thyroid Association, la prevalencia de hipotiroidismo aumenta significativamente después de los 50 años, lo que coincide con la edad promedio de la menopausia (American Thyroid Association, 2020).

Diagnóstico y tratamiento

Dado que los síntomas de la menopausia y los trastornos tiroideos pueden ser similares, es fundamental realizar un diagnóstico diferencial adecuado. Un análisis de sangre es la herramienta más fiable para identificar disfunciones tiroideas. La medición de TSH, T3 y T4 puede ayudar a los profesionales médicos a determinar si los síntomas son causados por un trastorno tiroideo o si se deben a cambios hormonales relacionados con la menopausia. Es importante que las mujeres consulten con su médico si experimentan síntomas persistentes, ya que un tratamiento temprano de los problemas tiroideos puede mejorar significativamente la calidad de vida.

¿Qué hacer para prevenir o manejar los problemas de tiroides durante la menopausia?

  1. Control médico regular: Realizar chequeos médicos periódicos, especialmente si tienes antecedentes familiares de enfermedades tiroideas.
  2. Dieta equilibrada: Consumir una dieta rica en nutrientes, particularmente en yodo, selenio y zinc, que son esenciales para la salud tiroidea.
  3. Ejercicio regular: Mantenerse activa mejora el metabolismo y la función hormonal en general, lo cual es importante tanto para la salud tiroidea como para el bienestar general durante la menopausia.
  4. Manejo del estrés: El estrés crónico puede afectar la función tiroidea, por lo que es fundamental adoptar prácticas que reduzcan el estrés, como la meditación, el yoga o la respiración profunda.

Conclusión

Aunque la menopausia no causa directamente trastornos tiroideos, los cambios hormonales pueden influir en la función de la tiroides y aumentar la probabilidad de padecer condiciones como el hipotiroidismo. Reconocer los síntomas y realizar un diagnóstico adecuado es esencial para manejar ambas condiciones de manera efectiva. Mantener un estilo de vida saludable y consultar regularmente a tu médico puede ayudarte a gestionar tanto los cambios hormonales de la menopausia como los problemas tiroideos, mejorando tu bienestar general y calidad de vida durante esta etapa.

Author picture

El artículo ha sido escrito y revisado por la biotecnóloga Júlia Guri.

Más sobre la autora
Otros posts que pueden interesarte
Los más vendidos
Móntate tu plan personalizado

¿No sabes por dónde empezar?
Descubre que Plan necesitas para afrontar la menopausia con plenitud

Queremos ayudarte, acompañarte en esta transición
Déjanos tus datos y te llamaremos lo antes posible.
Horario de atención de lunes a viernes, de 9h a 18h
Aceite de geranio
Reconfortante

El aceite de geranio ha demostrado tener un impacto sobre el estado de ánimo, en concreto sus propiedades para mejorar el humor. Su agradable olor y sus propiedades aromáticas se utilizan a menudo en aromaterapia. La aromaterapia con aceite de geranio ha sido reconocida por su potencial para aliviar los síntomas de ansiedad y depresión, contribuyendo a mejorar el estado de ánimo y a reducir los cambios de humor (1).

Aceite de lavanda
Calmante

La mayoría de estudios sobre el aceite de lavanda se centran en sus propiedades terapéuticas generales, como la relajación, el alivio de la ansiedad y sus efectos sedantes. Este aceite es conocido por sus efectos calmantes sobre el sistema nervioso, que pueden ayudar indirectamente con síntomas como los sofocos asociados al estrés o a los cambios hormonales durante la menopausia (1).

Aceite de
ylang-ylang
Calmante

El aceite de Ylang-ylang, extraído de las flores del árbol Cananga odorata, proporciona múltiples beneficios en diversas aplicaciones. Este aceite es especialmente valorado por su capacidad para reducir la presión arterial y fomentar la relajación cuando se absorbe a través de la piel. Asimismo, posee propiedades antibacterianas significativas (1).

1. Kurniawansyah, I., Ratnawulan, S., & Budiman, A. (2018). THE ANTIBACTERIAL ACTIVITIES OF AROMATHERAPY ESSENTIAL OILS OF LAVENDER (LAVANDULA ANGUSTIFOLIA MILL), ROSEMARY (ROSMARINUS OFFICINALIS L.) AND YLANG-YLANG (CANANGA ODORATA (LAMK.) HOOK) AGAINST AIRBORNE BACTERIA. International Research Journal Of Pharmacy. https://doi.org/10.7897/2230-8407.09692.

Reishi
Neuroregenerativo

El Reishi es un hongo medicinal que fomenta la proliferación de células progenitoras neurales (CPN) para mejorar la neurogénesis y aliviar el déficit cognitivo.

Es utilizado como agente terapéutico regenerativo para el tratamiento del deterioro cognitivo asociado a enfermedades neurodegenerativas (1).

Amapola Californiana
Sedante

La amapola californiana se emplea en el tratamiento de trastornos del sueño y ansiedad. Estudios han demostrado que la combinación de la amapola californiana con la valeriana contribuye de manera significativa a mejorar el insomnio. Este tratamiento favorece el aumento de la duración del sueño nocturno, reduce el número de despertares y alivia la ansiedad (1).

Pasiflora
Ansiolítica

Estudios sugieren que ayuda a reducir el estrés, y por lo tanto, puede ser útil en el tratamiento del insomnio, la ansiedad y la depresión. Su actuación incluye la inhibición de forma dosis dependiente de la unión de los antagonistas específicos a sus receptores GABAA y GABAB, además de inhibir la recaptación de GABA. (1)

Salvia
Termorregulador

Además del efecto estrogénico, la salvia da lugar a la modulación de distintos neurorreceptores y de los transportadores de serotonina – 5HT como modo de acción del extracto alcohólico de Salvia. officinalis. Esto en conjunto con su actuación sobre centro el termorregulador hipotalámico, resulta en un control de los síntomas  vasomotores (sofocos y sudores).

Maca
Energizante

El tratamiento de 6 semanas con maca en mujeres postmenopáusicas, ha mostrado una reducción significativa del 30,8% en la ansiedad con respecto al placebo, además de reducir la disfunción sexual en mujeres independientemente de su actividad estrogénica (1).

Estudios in vitro revelan un efecto anti-fatiga y potenciador de la capacidad muscular gracias a su capacidad de aliviar el estrés muscular post-ejercicio, mejorando el rendimiento físico y retrasando la fatiga muscular (2).

Las raíces de maca son una fuente de alta densidad nutricional, incluyendo carbohidratos, proteínas y fibra, además de minerales, vitaminas y aminoácidos. La maca destaca por mejorar la salud reproductiva y la libido. Su contribución nutricional la convierte en una fuente esencial de energía, especialmente beneficiosa para mujeres en la menopausia (3).

Tribulus
Lubricante

Estudios muestran que la suplementación con tribulus en mujeres menopáusicas mejora en un 83.3% la lubricación vaginal antes y durante las relaciones, luego de un periodo de consumo de 90 días (1).

Rhodiola
Anti-fatiga

Dentro de sus compuestos bioactivos, están las rosavinas y salidrosides, que ejercen un efecto positivo sobre el eje hipotalámico-pituitario-adrenal, reduciendo los niveles de cortisol a nivel del sistema nervioso. Por otro lado, estudios en mujeres menopáusicas muestran que sus activos tienen actividad selectiva por los receptores de estrógenos (ER-α), y actividad sobre la enzima óxido nítrico sintetasa, teniendo un efecto vasodilatador y antiinflamatorio (1).

Fenogreco
Modulador hormonal

Estudios revelan que la suplementación durante 90 días en mujeres con síntomas de postmenopausia, muestra una mejora significativa en la sequedad vaginal, reduciendo en un 50% las molestias asociadas. 

Además de reducir en un 47,8% los sofocos diarios, pasando desde 3 a 4 episodios diarios, a sólo 1 a 2 episodios (1).

Shatavari
Modulador hormomal

Sus compuestos activos, entre ellos, las saponinas, tienen una estructura similar a la del estrógeno humano, lo cual ha mostrado en estudios in vitro una alta capacidad para unirse a receptores de estrógenos (ER-α) en el cuerpo, imitando un efecto estrogénico generalizado de mediana intensidad, e incluso teniendo una acción anticarcinogénica ante casos de cáncer de mama (1).

En postmenopausia, su suplementación muestra mejoras en la función y potencia muscular, ayudando a preservar la masa muscular y previniendo estados de osteoporosis (2).

Ashwagandha
Anti-estrés
Estudios revelan que la suplementación durante 8 semanas en mujeres con síntomas de menopausia, mostró una reducción significativa de los síntomas clásicos, con especial mejora en el dominio psicológico como la ansiedad, estrés, irritabilidad y cambios de humor (1).

Sus compuestos activos actúan principalmente en el sistema nervioso central en donde simulan neurotransmisores inhibitorios (tipo GABA) que reducen los estímulos nerviosos; normalizan los niveles de dopamina y mejoran la función motora; intensifica la actividad de la acetilcolina y mejora la neurotransmisión sináptica. También a nivel de sistema inmune, estimula los linfocitos, células encargadas de conferir protección frente agentes patógenos externos (2).

Es por esto, que la ashwagandha se utiliza comúnmente como un adaptógeno, lo que significa que puede ayudar a equilibrar y regular el sistema nervioso central, reducir el estrés y mejorar la respuesta del cuerpo a la tensión física y emocional.