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Salud cardiovascular en la menopausia: riesgos y prevención

Salud cardiovascular en la menopausia

La enfermedad cardiovascular (ECV) constituye la principal causa de muerte en mujeres menopáusicas, superando al cáncer de mama y otras enfermedades oncológicas. A pesar de ello, la atención médica durante esta etapa ha estado históricamente centrada en el aparato reproductor, dejando en segundo plano los aspectos cardiometabólicos. En la actualidad se produce un cambio de paradigma: la menopausia ya no se considera únicamente un evento ginecológico, sino una transición biológica con implicaciones sistémicas profundas, especialmente sobre la salud cardiovascular. Este enfoque facilita entender mejor el aumento del riesgo cardiometabólico en esta etapa y diseñar estrategias de prevención y tratamiento adaptadas a la mujer posmenopáusica. En este blog hablaremos sobre la salud cardiovascular en la menopausia, cambios en esta etapa, riesgos y prevención. 

Cambios fisiopatológicos y cómo afecta a la salud cardiovascular en la menopausia

La transición menopáusica conlleva una serie de cambios fisiopatológicos que contribuyen al aumento del riesgo cardiovascular en la mujer:

  • Pérdida del efecto protector estrogénico: Los estrógenos ejercen múltiples efectos beneficiosos sobre el sistema cardiovascular. Su disminución durante la menopausia desencadena alteraciones estructurales y funcionales:
  • Aumento de la rigidez arterial: los estrógenos modulan el tono vascular estimulando la síntesis de óxido nítrico (NO) en el endotelio. Con su descenso, baja la vasodilatación; además, aumenta el depósito de colágeno y disminuye la capacidad de distensión arterial.
  • Disfunción endotelial: el endotelio regula el tono vascular, la inflamación, la coagulación y el crecimiento celular. El déficit estrogénico rompe el equilibrio entre vasodilatadores (NO, prostaciclina) y vasoconstrictores (endotelina-1), favoreciendo un fenotipo endotelial proinflamatorio y procoagulante, clave en la iniciación y progresión de la aterosclerosis.
  • Alteraciones en el perfil lipídico: tras la menopausia aumentan LDL y triglicéridos y disminuye HDL; además, las LDL tienden a ser más pequeñas y densas, incrementando su aterogenicidad.
  • Redistribución de la grasa: el cese estrogénico favorece la redistribución hacia grasa visceral, que libera adipocinas proinflamatorias e induce resistencia a la insulina, elevando el riesgo de síndrome metabólico, dislipidemia y diabetes tipo 2.

Inflamación crónica de bajo grado

La menopausia se asocia a un estado inflamatorio crónico de bajo grado con aumento de IL-6, TNF-α y PCR. Esta inflamación sistémica contribuye a la disfunción endotelial, acelera la formación de placas ateroscleróticas y promueve su inestabilidad, aumentando el riesgo de eventos agudos (infarto, ictus).

Alteraciones en el metabolismo glucídico y la presión arterial

La resistencia a la insulina, común tras la menopausia, se agrava por cambios en la composición corporal, inflamación y menor sensibilidad insulínica en tejidos periféricos, aumentando la prevalencia de intolerancia a la glucosa y diabetes tipo 2.
Paralelamente, la pérdida de regulación estrogénica también favorece un incremento progresivo de la presión arterial, por reducción de la vasodilatación mediada por NO, activación del sistema renina-angiotensina-aldosterona y retención de sodio.

Factores de riesgo para la salud cardiovascular en la menopausia

El riesgo cardiovascular en la mujer menopáusica surge de la interacción entre factores tradicionales y factores específicos del sexo femenino, muchos con expresión clínica distinta respecto a los varones.

Factores tradicionales con mayor impacto en mujeres

 

  • Hipertensión: mayor rigidez arterial y sensibilidad a la sal complican el control en mujeres postmenopáusicas.
  • Dislipidemia: el empeoramiento del perfil lipídico postmenopausia conlleva mayor riesgo.
  • Diabetes tipo 2: la resistencia a la insulina aumenta y favorece complicaciones cardiovasculares, que suelen ser más severas en mujeres.
  • Tabaquismo: el daño del tabaco es más intenso en mujeres, especialmente tras la pérdida estrogénica.
  • Sedentarismo: la menor actividad física y pérdida muscular favorecen obesidad, inflamación y riesgo cardiovascular.

Factores específicos del sexo femenino

 

  • Menopausia precoz (<45 años): exposición hormonal más corta y pérdida prematura de protección estrogénica.

  • Historia obstétrica adversa (preeclampsia, diabetes gestacional, síndrome hipertensivo del embarazo): marcadores tempranos de disfunción endotelial y mayor riesgo vascular futuro (preeclampsia: riesgo 2–4× mayor de hipertensión, insuficiencia cardiaca o infarto).
  • Síndrome de ovario poliquístico (SOP): se asocia a hiperandrogenismo, resistencia a la insulina y perfil cardiometabólico adverso.

  • Infertilidad o fallo ovárico prematuro (FOP): relacionados con mayor rigidez arterial y riesgo cardiovascular prematuro.

  • Trastornos autoinmunes: incrementan el estado inflamatorio y aceleran la aterosclerosis (ej.: lupus con mayor riesgo de infarto).

El reconocimiento de estos factores es esencial para una evaluación integral del riesgo cardiovascular femenino y para mejorar la prevención a largo plazo.

Modificaciones del estilo de vida

Las intervenciones en estilo de vida son fundamentales para prevenir y controlar el riesgo cardiovascular en mujeres menopáusicas, con beneficios añadidos sobre salud ósea, metabólica y mental.

Alimentación cardioprotectora


La dieta mediterránea (frutas, verduras, legumbres, pescado azul, aceite de oliva virgen extra y frutos secos) es la más respaldada para prevención cardiovascular: reduce LDL y triglicéridos, mejora sensibilidad a la insulina y disminuye inflamación.

Actividad física regular


Combinar ejercicio aeróbico moderado (caminar, nadar, bicicleta) con entrenamiento de fuerza aporta beneficios complementarios. Recomendaciones generales: ≥150 minutos semanales de actividad aeróbica moderada (o 75 minutos intensa) y ≥2 sesiones semanales de fortalecimiento muscular. El ejercicio reduce presión arterial, mejora lípidos, disminuye resistencia a la insulina y favorece el bienestar psicológico.

Abandono del tabaco


Dejar de fumar es una de las medidas más eficaces para la prevención primaria: el riesgo de eventos coronarios disminuye significativamente en menos de cinco años tras el abandono.

Gestión del estrés y calidad del sueño


El estrés crónico y los trastornos del sueño afectan negativamente la salud vascular. Técnicas como meditación, yoga, respiración consciente y psicoterapia son útiles. Mejorar la higiene del sueño y tratar los problemas del descanso es clave para reducir hipertensión, disfunción endotelial y obesidad.

DOMMA DESCANSO: Tu aliado para mejorar la calidad del sueño

DOMMA Descanso está formulado para apoyar el descanso nocturno durante la perimenopausia y menopausia. Combina ingredientes naturales que favorecen sueño reparador y regulan ritmos circadianos: salvia, amapola californiana, reishi, GABA y fosfatidilserina. En estudios de usuario, el 81% reportó mejora para conciliar el sueño y el 77% notó reducción del insomnio y mejor calidad del sueño.

Referencias

  • Li, X., et al. (2021). Title of the article. BMC Cardiovascular Disorders. https://bmccardiovascdisord.biomedcentral.com/articles/10.1186/s12872-021-01919-5
  • Autor(es). (2024). Title of the article. Journal Name. https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/S0378512224000690
  • Autor(es). (2025). Title of the article. BMC Cardiovascular Disorders. https://bmccardiovascdisord.biomedcentral.com/articles/10.1186/s12872-025-04850-1
  • Autor(es). (2022). Title of the article. The Endocrinology Clinics. https://www.endo.thec
  •  Time Staff. (2022). How menopause affects cholesterol. Time. https://time.com/6215450/how-menopause-affects-cholesterol/linics.com/article/S0889-8529(22)00099-8/abstract
  • Author(s). (n.d.). Menopause, cholesterol, and cardiovascular disease. USC Journal. https://www.uscjournal.com/articles/menopause-cholesterol-and-cardiovascular-disease
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DESCANSO

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El artículo ha sido escrito y revisado por la biotecnóloga Júlia Guri.

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Aceite de geranio
Reconfortante

El aceite de geranio ha demostrado tener un impacto sobre el estado de ánimo, en concreto sus propiedades para mejorar el humor. Su agradable olor y sus propiedades aromáticas se utilizan a menudo en aromaterapia. La aromaterapia con aceite de geranio ha sido reconocida por su potencial para aliviar los síntomas de ansiedad y depresión, contribuyendo a mejorar el estado de ánimo y a reducir los cambios de humor (1).

Aceite de lavanda
Calmante

La mayoría de estudios sobre el aceite de lavanda se centran en sus propiedades terapéuticas generales, como la relajación, el alivio de la ansiedad y sus efectos sedantes. Este aceite es conocido por sus efectos calmantes sobre el sistema nervioso, que pueden ayudar indirectamente con síntomas como los sofocos asociados al estrés o a los cambios hormonales durante la menopausia (1).

Aceite de
ylang-ylang
Calmante

El aceite de Ylang-ylang, extraído de las flores del árbol Cananga odorata, proporciona múltiples beneficios en diversas aplicaciones. Este aceite es especialmente valorado por su capacidad para reducir la presión arterial y fomentar la relajación cuando se absorbe a través de la piel. Asimismo, posee propiedades antibacterianas significativas (1).

1. Kurniawansyah, I., Ratnawulan, S., & Budiman, A. (2018). THE ANTIBACTERIAL ACTIVITIES OF AROMATHERAPY ESSENTIAL OILS OF LAVENDER (LAVANDULA ANGUSTIFOLIA MILL), ROSEMARY (ROSMARINUS OFFICINALIS L.) AND YLANG-YLANG (CANANGA ODORATA (LAMK.) HOOK) AGAINST AIRBORNE BACTERIA. International Research Journal Of Pharmacy. https://doi.org/10.7897/2230-8407.09692.

Reishi
Neuroregenerativo

El Reishi es un hongo medicinal que fomenta la proliferación de células progenitoras neurales (CPN) para mejorar la neurogénesis y aliviar el déficit cognitivo.

Es utilizado como agente terapéutico regenerativo para el tratamiento del deterioro cognitivo asociado a enfermedades neurodegenerativas (1).

Amapola Californiana
Sedante

La amapola californiana se emplea en el tratamiento de trastornos del sueño y ansiedad. Estudios han demostrado que la combinación de la amapola californiana con la valeriana contribuye de manera significativa a mejorar el insomnio. Este tratamiento favorece el aumento de la duración del sueño nocturno, reduce el número de despertares y alivia la ansiedad (1).

Pasiflora
Ansiolítica

Estudios sugieren que ayuda a reducir el estrés, y por lo tanto, puede ser útil en el tratamiento del insomnio, la ansiedad y la depresión. Su actuación incluye la inhibición de forma dosis dependiente de la unión de los antagonistas específicos a sus receptores GABAA y GABAB, además de inhibir la recaptación de GABA. (1)

Salvia
Termorregulador

Además del efecto estrogénico, la salvia da lugar a la modulación de distintos neurorreceptores y de los transportadores de serotonina – 5HT como modo de acción del extracto alcohólico de Salvia. officinalis. Esto en conjunto con su actuación sobre centro el termorregulador hipotalámico, resulta en un control de los síntomas  vasomotores (sofocos y sudores).

Maca
Energizante

El tratamiento de 6 semanas con maca en mujeres postmenopáusicas, ha mostrado una reducción significativa del 30,8% en la ansiedad con respecto al placebo, además de reducir la disfunción sexual en mujeres independientemente de su actividad estrogénica (1).

Estudios in vitro revelan un efecto anti-fatiga y potenciador de la capacidad muscular gracias a su capacidad de aliviar el estrés muscular post-ejercicio, mejorando el rendimiento físico y retrasando la fatiga muscular (2).

Las raíces de maca son una fuente de alta densidad nutricional, incluyendo carbohidratos, proteínas y fibra, además de minerales, vitaminas y aminoácidos. La maca destaca por mejorar la salud reproductiva y la libido. Su contribución nutricional la convierte en una fuente esencial de energía, especialmente beneficiosa para mujeres en la menopausia (3).

Tribulus
Lubricante

Estudios muestran que la suplementación con tribulus en mujeres menopáusicas mejora en un 83.3% la lubricación vaginal antes y durante las relaciones, luego de un periodo de consumo de 90 días (1).

Rhodiola
Anti-fatiga

Dentro de sus compuestos bioactivos, están las rosavinas y salidrosides, que ejercen un efecto positivo sobre el eje hipotalámico-pituitario-adrenal, reduciendo los niveles de cortisol a nivel del sistema nervioso. Por otro lado, estudios en mujeres menopáusicas muestran que sus activos tienen actividad selectiva por los receptores de estrógenos (ER-α), y actividad sobre la enzima óxido nítrico sintetasa, teniendo un efecto vasodilatador y antiinflamatorio (1).

Fenogreco
Modulador hormonal

Estudios revelan que la suplementación durante 90 días en mujeres con síntomas de postmenopausia, muestra una mejora significativa en la sequedad vaginal, reduciendo en un 50% las molestias asociadas. 

Además de reducir en un 47,8% los sofocos diarios, pasando desde 3 a 4 episodios diarios, a sólo 1 a 2 episodios (1).

Shatavari
Modulador hormomal

Sus compuestos activos, entre ellos, las saponinas, tienen una estructura similar a la del estrógeno humano, lo cual ha mostrado en estudios in vitro una alta capacidad para unirse a receptores de estrógenos (ER-α) en el cuerpo, imitando un efecto estrogénico generalizado de mediana intensidad, e incluso teniendo una acción anticarcinogénica ante casos de cáncer de mama (1).

En postmenopausia, su suplementación muestra mejoras en la función y potencia muscular, ayudando a preservar la masa muscular y previniendo estados de osteoporosis (2).

Ashwagandha
Anti-estrés
Estudios revelan que la suplementación durante 8 semanas en mujeres con síntomas de menopausia, mostró una reducción significativa de los síntomas clásicos, con especial mejora en el dominio psicológico como la ansiedad, estrés, irritabilidad y cambios de humor (1).

Sus compuestos activos actúan principalmente en el sistema nervioso central en donde simulan neurotransmisores inhibitorios (tipo GABA) que reducen los estímulos nerviosos; normalizan los niveles de dopamina y mejoran la función motora; intensifica la actividad de la acetilcolina y mejora la neurotransmisión sináptica. También a nivel de sistema inmune, estimula los linfocitos, células encargadas de conferir protección frente agentes patógenos externos (2).

Es por esto, que la ashwagandha se utiliza comúnmente como un adaptógeno, lo que significa que puede ayudar a equilibrar y regular el sistema nervioso central, reducir el estrés y mejorar la respuesta del cuerpo a la tensión física y emocional.