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Fisiología vulvar: lo que pasa en la menopausia (y cómo cuidarla)

 

Fisiología vulvar: lo que pasa en la menopausia

Mejora tu bienestar íntimo con estos consejos prácticos

La vulva, esa parte externa tan olvidada y a veces tan poco nombrada de nuestro cuerpo, tiene un papel fundamental: nos protege, nos da placer y forma parte de nuestra salud íntima y de la salud vulvar en la menopausia. Pero, igual que nosotras cambiamos a lo largo de la vida, la vulva también lo hace. Y uno de los momentos de mayor transformación llega con la menopausia. Los estrógenos —esas hormonas que tanto influyen en nuestro bienestar— empiezan a bajar, y con ello también cambia la piel, la hidratación y la microbiota de la zona. ¿El resultado? Sequedad, molestias, cambios en el pH e incluso alteraciones en la vida sexual y urinaria. Y sí, todo esto es mucho más común de lo que pensamos: hasta 7 de cada 10 mujeres lo viven en la postmenopausia.

La vulva: mucho más que piel

Para entender qué ocurre, primero hay que conocerla bien. La vulva está formada por distintas estructuras:
  • Monte de Venus: la parte más externa, con tejido graso, que protege el hueso púbico.
  • Labios mayores: con vello y glándulas, su función es proteger y mantener el equilibrio del ecosistema vulvar.
  • Labios menores: más finos y sensibles, protegen la entrada de la vagina y la uretra.
  • Clítoris: el gran protagonista del placer, pero también de la salud genital, ya que su estimulación mejora el flujo sanguíneo de la zona.
  • Vestíbulo vulvar: es donde se encuentran la uretra, la entrada vaginal y glándulas que producen lubricación.
Más allá de lo sexual, la vulva es una barrera de defensa: protege frente a golpes y microorganismos, mantiene un pH ácido y alberga a los Lactobacillus, esas bacterias “buenas” que impiden que los patógenos tomen el control —factores clave para la salud vulvar en la menopausia.

Estrógenos: el “elixir” de la vulva

Los estrógenos, principalmente el estradiol, son hormonas clave para el mantenimiento de la estructura y funcionalidad del epitelio vulvar. ¿Cómo lo hacen?
  • Estimulación de la maduración epitelial: favorecen que el epitelio sea grueso y flexible promoviendo el crecimiento de células epiteliales.
  • Producción de glucógeno: estimula la producción de glucógeno, alimento para los Lactobacillus. Estos transforman este glucógeno en ácido láctico, lo que mantiene el pH ácido que ayuda a inhibir el crecimiento bacteriano no deseado.
  • Hidratación y elasticidad: los estrógenos mejoran la hidratación estimulando la producción de colágeno, ácido hialurónico y otras moléculas clave.
  • Estimulación de glándulas sebáceas y sudoríparas: contribuyen a una lubricación natural eficaz.

Y…¿qué pasa durante la menopausia?

Con la caída de los estrógenos en la menopausia, el equilibrio se rompe: el epitelio se vuelve más fino, seco y frágil; el pH sube y con ello la microbiota se altera. Además, la lubricación también disminuye. Todo esto puede traducirse en sequedad, picor, ardor, dolor en las relaciones (dispareunia) o urgencia urinaria. A este conjunto de síntomas se le llama Síndrome Genitourinario de la Menopausia (GSM), un problema que impacta directamente la salud vulvar en la menopausia. Se estima que afecta entre el 50% y el 70% de las mujeres postmenopáusicas (Angelou et al., 2020), aunque muchas no lo consultan por pudor o desconocimiento. A largo plazo, la falta de tratamiento puede impactar la autoestima, la vida sexual y la salud urogenital general. .

Hidratación vulvar: un hábito diario clave

La hidratación es fundamental para la salud vulvar en la menopausia. El cuidado de la piel vulvar debe formar parte de la rutina diaria, especialmente en mujeres postmenopáusicas. Hay varias formas de mantener una hidratación adecuada:
  • Hidratación interna: beber agua suficiente.
  • Hidratación tópica: usar cremas vulvares sin perfumes ni irritantes, con ácido hialurónico, pantenol o aceites vegetales.
  • Lubricantes durante las relaciones sexuales.
  • Higiene adecuada: lavarse con jabones neutros.
  • Al final, incluir una crema vulvar hidratante puede ser tan importante como la crema hidratante facial. De esta manera, se pueden prevenir la sequedad, fisuras, irritaciones y posibles infecciones. En mujeres postmenopáusicas, mantener una hidratación adecuada puede aliviar significativamente la sintomatología de la atrofia vulvar y mejorar la calidad de vida sexual y urogenital.

Bienestar Íntimo de DOMMA: Tu mejor aliado

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BIENESTAR INTIMO

DOMMA Bienestar Íntimo ha sido formulado específicamente para poder apoyar la salud vulvar en la menopausia. Su fórmula combina ingredientes naturales con propiedades hidratantes, regeneradoras y calmantes que actúan directamente sobre los factores que más afectan esta zona:
  • Aceite de almendras: aporta una hidratación profunda a los labios vulvares, ayudando a restaurar la barrera cutánea.
  • Aceite de aguacate: rico en vitaminas y ácidos grasos esenciales, con efecto antiinflamatorio y antioxidante.
  • Aceite de manzanilla: regula el pH de la piel y es antibacteriano
  • Aceite de salvia: calma, equilibra y relaja.
El 100% de las usuarias ha notado mejora en la hidratación y regeneración de la piel vulvar, y el 95% ha reportado alivio inmediato de la sequedad tras la aplicación.
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El artículo ha sido escrito y revisado por la biotecnóloga Júlia Guri.

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Aceite de geranio
Reconfortante

El aceite de geranio ha demostrado tener un impacto sobre el estado de ánimo, en concreto sus propiedades para mejorar el humor. Su agradable olor y sus propiedades aromáticas se utilizan a menudo en aromaterapia. La aromaterapia con aceite de geranio ha sido reconocida por su potencial para aliviar los síntomas de ansiedad y depresión, contribuyendo a mejorar el estado de ánimo y a reducir los cambios de humor (1).

Aceite de lavanda
Calmante

La mayoría de estudios sobre el aceite de lavanda se centran en sus propiedades terapéuticas generales, como la relajación, el alivio de la ansiedad y sus efectos sedantes. Este aceite es conocido por sus efectos calmantes sobre el sistema nervioso, que pueden ayudar indirectamente con síntomas como los sofocos asociados al estrés o a los cambios hormonales durante la menopausia (1).

Aceite de
ylang-ylang
Calmante

El aceite de Ylang-ylang, extraído de las flores del árbol Cananga odorata, proporciona múltiples beneficios en diversas aplicaciones. Este aceite es especialmente valorado por su capacidad para reducir la presión arterial y fomentar la relajación cuando se absorbe a través de la piel. Asimismo, posee propiedades antibacterianas significativas (1).

1. Kurniawansyah, I., Ratnawulan, S., & Budiman, A. (2018). THE ANTIBACTERIAL ACTIVITIES OF AROMATHERAPY ESSENTIAL OILS OF LAVENDER (LAVANDULA ANGUSTIFOLIA MILL), ROSEMARY (ROSMARINUS OFFICINALIS L.) AND YLANG-YLANG (CANANGA ODORATA (LAMK.) HOOK) AGAINST AIRBORNE BACTERIA. International Research Journal Of Pharmacy. https://doi.org/10.7897/2230-8407.09692.

Reishi
Neuroregenerativo

El Reishi es un hongo medicinal que fomenta la proliferación de células progenitoras neurales (CPN) para mejorar la neurogénesis y aliviar el déficit cognitivo.

Es utilizado como agente terapéutico regenerativo para el tratamiento del deterioro cognitivo asociado a enfermedades neurodegenerativas (1).

Amapola Californiana
Sedante

La amapola californiana se emplea en el tratamiento de trastornos del sueño y ansiedad. Estudios han demostrado que la combinación de la amapola californiana con la valeriana contribuye de manera significativa a mejorar el insomnio. Este tratamiento favorece el aumento de la duración del sueño nocturno, reduce el número de despertares y alivia la ansiedad (1).

Pasiflora
Ansiolítica

Estudios sugieren que ayuda a reducir el estrés, y por lo tanto, puede ser útil en el tratamiento del insomnio, la ansiedad y la depresión. Su actuación incluye la inhibición de forma dosis dependiente de la unión de los antagonistas específicos a sus receptores GABAA y GABAB, además de inhibir la recaptación de GABA. (1)

Salvia
Termorregulador

Además del efecto estrogénico, la salvia da lugar a la modulación de distintos neurorreceptores y de los transportadores de serotonina – 5HT como modo de acción del extracto alcohólico de Salvia. officinalis. Esto en conjunto con su actuación sobre centro el termorregulador hipotalámico, resulta en un control de los síntomas  vasomotores (sofocos y sudores).

Maca
Energizante

El tratamiento de 6 semanas con maca en mujeres postmenopáusicas, ha mostrado una reducción significativa del 30,8% en la ansiedad con respecto al placebo, además de reducir la disfunción sexual en mujeres independientemente de su actividad estrogénica (1).

Estudios in vitro revelan un efecto anti-fatiga y potenciador de la capacidad muscular gracias a su capacidad de aliviar el estrés muscular post-ejercicio, mejorando el rendimiento físico y retrasando la fatiga muscular (2).

Las raíces de maca son una fuente de alta densidad nutricional, incluyendo carbohidratos, proteínas y fibra, además de minerales, vitaminas y aminoácidos. La maca destaca por mejorar la salud reproductiva y la libido. Su contribución nutricional la convierte en una fuente esencial de energía, especialmente beneficiosa para mujeres en la menopausia (3).

Tribulus
Lubricante

Estudios muestran que la suplementación con tribulus en mujeres menopáusicas mejora en un 83.3% la lubricación vaginal antes y durante las relaciones, luego de un periodo de consumo de 90 días (1).

Rhodiola
Anti-fatiga

Dentro de sus compuestos bioactivos, están las rosavinas y salidrosides, que ejercen un efecto positivo sobre el eje hipotalámico-pituitario-adrenal, reduciendo los niveles de cortisol a nivel del sistema nervioso. Por otro lado, estudios en mujeres menopáusicas muestran que sus activos tienen actividad selectiva por los receptores de estrógenos (ER-α), y actividad sobre la enzima óxido nítrico sintetasa, teniendo un efecto vasodilatador y antiinflamatorio (1).

Fenogreco
Modulador hormonal

Estudios revelan que la suplementación durante 90 días en mujeres con síntomas de postmenopausia, muestra una mejora significativa en la sequedad vaginal, reduciendo en un 50% las molestias asociadas. 

Además de reducir en un 47,8% los sofocos diarios, pasando desde 3 a 4 episodios diarios, a sólo 1 a 2 episodios (1).

Shatavari
Modulador hormomal

Sus compuestos activos, entre ellos, las saponinas, tienen una estructura similar a la del estrógeno humano, lo cual ha mostrado en estudios in vitro una alta capacidad para unirse a receptores de estrógenos (ER-α) en el cuerpo, imitando un efecto estrogénico generalizado de mediana intensidad, e incluso teniendo una acción anticarcinogénica ante casos de cáncer de mama (1).

En postmenopausia, su suplementación muestra mejoras en la función y potencia muscular, ayudando a preservar la masa muscular y previniendo estados de osteoporosis (2).

Ashwagandha
Anti-estrés
Estudios revelan que la suplementación durante 8 semanas en mujeres con síntomas de menopausia, mostró una reducción significativa de los síntomas clásicos, con especial mejora en el dominio psicológico como la ansiedad, estrés, irritabilidad y cambios de humor (1).

Sus compuestos activos actúan principalmente en el sistema nervioso central en donde simulan neurotransmisores inhibitorios (tipo GABA) que reducen los estímulos nerviosos; normalizan los niveles de dopamina y mejoran la función motora; intensifica la actividad de la acetilcolina y mejora la neurotransmisión sináptica. También a nivel de sistema inmune, estimula los linfocitos, células encargadas de conferir protección frente agentes patógenos externos (2).

Es por esto, que la ashwagandha se utiliza comúnmente como un adaptógeno, lo que significa que puede ayudar a equilibrar y regular el sistema nervioso central, reducir el estrés y mejorar la respuesta del cuerpo a la tensión física y emocional.