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¿Cómo reducir la fatiga en la menopausia? 5 soluciones efectivas

 

¿Cómo reducir la fatiga en la menopausia?

Mejora tu digestión en la menopausia y dile adiós a la hinchazón

Ese agotamiento que aparece sin previo aviso, que no desaparece aunque duermas bien, y que convierte las tareas diarias en un esfuerzo cuesta arriba, no es casual. Es uno de los síntomas más frecuentes —aunque menos visibles— de esta etapa de la vida. Hablamos de la fatiga en la menopausia.
Muchas mujeres creen que es solo estrés o que tiene que ver con el ritmo frenético del día a día. Pero lo cierto es que existen causas hormonales, físicas y emocionales que explican ese cansancio… y también formas eficaces de aliviarlo.

¿Por qué aparece la fatiga en la menopausia?

Durante la perimenopausia y la menopausia, disminuyen hormonas clave como los estrógenos, la progesterona o la melatonina. Estos cambios afectan directamente a tu energía, tu capacidad de descanso y tu estado emocional.
Además, suelen aparecer otros factores que agravan la situación: problemas para dormir, niveles altos de cortisol (la hormona del estrés), alteraciones del estado de ánimo o una vida más sedentaria de lo habitual.

Síntomas comunes de la fatiga en la menopausia

  • Sensación persistente de cansancio, incluso tras dormir
  • Falta de energía o motivación para las tareas diarias
  • Dificultad para concentrarse
  • Dolores musculares o sensación de pesadez corporal
  • Necesidad constante de descansar o dormir más de lo habitual

¿Cómo combatir la fatiga en la menopausia?

No existe una solución mágica, pero sí hay un conjunto de estrategias que pueden ayudarte a recuperar vitalidad y bienestar.

Mejora la calidad del sueño

Dormir mal o poco impide que el cuerpo se recupere. Intenta mantener unos horarios regulares, crea una rutina relajante antes de acostarte y evita el uso de pantallas o comidas copiosas por la noche. Si persiste el insomnio, consulta con tu profesional sanitario.


Mantente activa, aunque sea con movimientos suaves

El ejercicio moderado estimula la circulación, mejora el estado de ánimo y ayuda a combatir la fatiga. Caminar, hacer yoga o ejercicios de estiramiento son opciones ideales para empezar. No necesitas hacer grandes esfuerzos: lo importante es la constancia.


Cuida tu alimentación

Una dieta equilibrada te puede ayudar a estabilizar la energía a lo largo del día. Prioriza alimentos frescos, ricos en proteínas y fibra, vegetales, frutas y grasas saludables. Limita el consumo de azúcar, sal, alcohol y ultraprocesados que solo aportan energía puntual… y luego agotan más.

Revisa tus niveles hormonales y nutricionales

En muchos casos, la fatiga tiene que ver también con déficits de hierro, vitamina D, magnesio o problemas de tiroides. Un análisis de sangre puede ayudarte a entender qué necesita tu cuerpo para funcionar mejor.


Aprende a escuchar tu cuerpo

Aceptar que necesitas más pausas no es rendirse: es cuidarse. Reducir la autoexigencia, pedir ayuda cuando lo necesites y darte espacio para descansar sin culpa es clave para recuperar fuerzas y afrontar esta etapa con más equilibrio.

.¿Cómo puede ayudarte con la fatiga Equilibrio de DOMMA?

Equilibrio es un suplemento diseñado específicamente para acompañar a mujeres en la etapa de la menopausia. Contiene adaptógenos, vitaminas y minerales seleccionados para:

  • Reducir los síntomas fruto del desequilibrio hormonal
  • Reducir el cansancio físico y mental
  • Aportar sensación de equilibrio y bienestar general
  • Aportar energía y vitalidad
  • Ayudar a la concentración
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El artículo ha sido escrito y revisado por la biotecnóloga Júlia Guri.

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Aceite de geranio
Reconfortante

El aceite de geranio ha demostrado tener un impacto sobre el estado de ánimo, en concreto sus propiedades para mejorar el humor. Su agradable olor y sus propiedades aromáticas se utilizan a menudo en aromaterapia. La aromaterapia con aceite de geranio ha sido reconocida por su potencial para aliviar los síntomas de ansiedad y depresión, contribuyendo a mejorar el estado de ánimo y a reducir los cambios de humor (1).

Aceite de lavanda
Calmante

La mayoría de estudios sobre el aceite de lavanda se centran en sus propiedades terapéuticas generales, como la relajación, el alivio de la ansiedad y sus efectos sedantes. Este aceite es conocido por sus efectos calmantes sobre el sistema nervioso, que pueden ayudar indirectamente con síntomas como los sofocos asociados al estrés o a los cambios hormonales durante la menopausia (1).

Aceite de
ylang-ylang
Calmante

El aceite de Ylang-ylang, extraído de las flores del árbol Cananga odorata, proporciona múltiples beneficios en diversas aplicaciones. Este aceite es especialmente valorado por su capacidad para reducir la presión arterial y fomentar la relajación cuando se absorbe a través de la piel. Asimismo, posee propiedades antibacterianas significativas (1).

1. Kurniawansyah, I., Ratnawulan, S., & Budiman, A. (2018). THE ANTIBACTERIAL ACTIVITIES OF AROMATHERAPY ESSENTIAL OILS OF LAVENDER (LAVANDULA ANGUSTIFOLIA MILL), ROSEMARY (ROSMARINUS OFFICINALIS L.) AND YLANG-YLANG (CANANGA ODORATA (LAMK.) HOOK) AGAINST AIRBORNE BACTERIA. International Research Journal Of Pharmacy. https://doi.org/10.7897/2230-8407.09692.

Reishi
Neuroregenerativo

El Reishi es un hongo medicinal que fomenta la proliferación de células progenitoras neurales (CPN) para mejorar la neurogénesis y aliviar el déficit cognitivo.

Es utilizado como agente terapéutico regenerativo para el tratamiento del deterioro cognitivo asociado a enfermedades neurodegenerativas (1).

Amapola Californiana
Sedante

La amapola californiana se emplea en el tratamiento de trastornos del sueño y ansiedad. Estudios han demostrado que la combinación de la amapola californiana con la valeriana contribuye de manera significativa a mejorar el insomnio. Este tratamiento favorece el aumento de la duración del sueño nocturno, reduce el número de despertares y alivia la ansiedad (1).

Pasiflora
Ansiolítica

Estudios sugieren que ayuda a reducir el estrés, y por lo tanto, puede ser útil en el tratamiento del insomnio, la ansiedad y la depresión. Su actuación incluye la inhibición de forma dosis dependiente de la unión de los antagonistas específicos a sus receptores GABAA y GABAB, además de inhibir la recaptación de GABA. (1)

Salvia
Termorregulador

Además del efecto estrogénico, la salvia da lugar a la modulación de distintos neurorreceptores y de los transportadores de serotonina – 5HT como modo de acción del extracto alcohólico de Salvia. officinalis. Esto en conjunto con su actuación sobre centro el termorregulador hipotalámico, resulta en un control de los síntomas  vasomotores (sofocos y sudores).

Maca
Energizante

El tratamiento de 6 semanas con maca en mujeres postmenopáusicas, ha mostrado una reducción significativa del 30,8% en la ansiedad con respecto al placebo, además de reducir la disfunción sexual en mujeres independientemente de su actividad estrogénica (1).

Estudios in vitro revelan un efecto anti-fatiga y potenciador de la capacidad muscular gracias a su capacidad de aliviar el estrés muscular post-ejercicio, mejorando el rendimiento físico y retrasando la fatiga muscular (2).

Las raíces de maca son una fuente de alta densidad nutricional, incluyendo carbohidratos, proteínas y fibra, además de minerales, vitaminas y aminoácidos. La maca destaca por mejorar la salud reproductiva y la libido. Su contribución nutricional la convierte en una fuente esencial de energía, especialmente beneficiosa para mujeres en la menopausia (3).

Tribulus
Lubricante

Estudios muestran que la suplementación con tribulus en mujeres menopáusicas mejora en un 83.3% la lubricación vaginal antes y durante las relaciones, luego de un periodo de consumo de 90 días (1).

Rhodiola
Anti-fatiga

Dentro de sus compuestos bioactivos, están las rosavinas y salidrosides, que ejercen un efecto positivo sobre el eje hipotalámico-pituitario-adrenal, reduciendo los niveles de cortisol a nivel del sistema nervioso. Por otro lado, estudios en mujeres menopáusicas muestran que sus activos tienen actividad selectiva por los receptores de estrógenos (ER-α), y actividad sobre la enzima óxido nítrico sintetasa, teniendo un efecto vasodilatador y antiinflamatorio (1).

Fenogreco
Modulador hormonal

Estudios revelan que la suplementación durante 90 días en mujeres con síntomas de postmenopausia, muestra una mejora significativa en la sequedad vaginal, reduciendo en un 50% las molestias asociadas. 

Además de reducir en un 47,8% los sofocos diarios, pasando desde 3 a 4 episodios diarios, a sólo 1 a 2 episodios (1).

Shatavari
Modulador hormomal

Sus compuestos activos, entre ellos, las saponinas, tienen una estructura similar a la del estrógeno humano, lo cual ha mostrado en estudios in vitro una alta capacidad para unirse a receptores de estrógenos (ER-α) en el cuerpo, imitando un efecto estrogénico generalizado de mediana intensidad, e incluso teniendo una acción anticarcinogénica ante casos de cáncer de mama (1).

En postmenopausia, su suplementación muestra mejoras en la función y potencia muscular, ayudando a preservar la masa muscular y previniendo estados de osteoporosis (2).

Ashwagandha
Anti-estrés
Estudios revelan que la suplementación durante 8 semanas en mujeres con síntomas de menopausia, mostró una reducción significativa de los síntomas clásicos, con especial mejora en el dominio psicológico como la ansiedad, estrés, irritabilidad y cambios de humor (1).

Sus compuestos activos actúan principalmente en el sistema nervioso central en donde simulan neurotransmisores inhibitorios (tipo GABA) que reducen los estímulos nerviosos; normalizan los niveles de dopamina y mejoran la función motora; intensifica la actividad de la acetilcolina y mejora la neurotransmisión sináptica. También a nivel de sistema inmune, estimula los linfocitos, células encargadas de conferir protección frente agentes patógenos externos (2).

Es por esto, que la ashwagandha se utiliza comúnmente como un adaptógeno, lo que significa que puede ayudar a equilibrar y regular el sistema nervioso central, reducir el estrés y mejorar la respuesta del cuerpo a la tensión física y emocional.